SANTORAL DEL DIA 11 DE FEBRERO

SANTOS DEL DIA: San Pedro de Jesús Maldonado- Bienaventurada Virgen María de Lourdes - Virgen María de LourdesSan Ardano- San Castrense- San Gregorio II papa- San Pascual I, papa- San Secundino- San Severino, abad de Agaun- Santa Soteris- Beato Tobías Borras Romeu-

ETICA, FE Y RELIGION - SANTORAL 11 de febrero de 2021 Redactor Jefe Redactor Jefe

Santos del día 11 de febrero
 

San Pedro de Jesús Maldonado


En Chihuahua, en México, san Pedro Maldonado, presbítero y mártir, que durante la persecución, arrestado mientras administraba el sacramento de la penitencia, alcanzó el triunfo del martirio al ser golpeado en la cabeza.

En Chihuahua, en México, san Pedro Maldonado, presbítero y mártir, que durante la persecución, arrestado mientras administraba el sacramento de la penitencia, alcanzó el triunfo del martirio al ser golpeado en la cabeza.
 
NombrePedro de Jesús (Masculino)
Significado:Piedra, de origen Latín
Nació:en Chihuahua, en el actual México 
Falleció:en Chihuahua, en el actual México 
Proceso:Beatificadoel 22 de noviembre de 1992 por Juan Pablo II
Canonizado el 21 de mayo de 2000 por Juan Pablo II
Celebración:11 de febrero
Vida de San Pedro de Jesús Maldonado
 
Era el mes de febrero de 1937. Desde la presidencia municipal del pueblo de Santa Isabel, en el estado de Chihuahua, se dejaba escuchar fuerte barullo enriquecido con algunos gritos, con palabras malsonantes, insultos, etc. Ocurría que un grupo de soldados golpeaba sin misericordia a un indefenso sacerdote.

Según se decía, desde el año de 1929 se habían hecho unos "arreglos" para que la pesadilla de la persecución terminase; arreglos en los cuales el propio presidente de la República, don Emilio Portes Gil, se había comprometido a que toda esa barbarie tocara fondo.

Era ya el período presidencial de don Lázaro Cárdenas. Había transcurrido otro anterior con don Abelardo Rodríguez.

¿Cuál era, entonces, la saña contra un cura que nada debía? ¿Era que la persecución se reanudaba?

Quizás lo que ocurría era que tal fobia contra la Iglesia Católica continuaba, aunque con mayor discreción, para evitar problemas de índole política, pero la idea de terminar de una vez por todas con la Iglesia y sus fieles, no había cejado.

Aquel pobre clérigo, postrado en el piso, sin sentido, prácticamente agonizante, era el Padre Pedro de Jesús Maldonado Lucero.

Pedro de Jesús nació en el Barrio de San Nicolás de la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, a las 12 horas del día 15 de junio de 1892, y no el día ocho de junio en Sacramento, como erróneamente aparece en otras biografías y fue bautizado en la parroquia del Sagrario el 29 del mismo mes. Sus padres fueron Apolinar Maldonado y Micaela Lucero.

A la edad de nueve años entró en un colegio particular que dirigían los padres Paúles. Hasta los diecisiete años sintió el llamado de la vocación religiosa. Sus profesores le recomendaron seguir la carrera del sacerdocio y lo ayudaron para inscribirse en el Seminario de Chihuahua, mismo que por entonces atravesaba una situación de pobreza muy marcada que se reflejaba sobre todo en la alimentación para sus alumnos.

De tal situación Pedro de Jesús se tornó débil y enfermizo. A lo anterior habrá que añadir las circunstancias difíciles que desde 1914 se habían hecho presentes. Devino de allí la suspensión de clases en la institución formativa y que pronto los alumnos fueran dados de alta, listos para ordenarse. Aprovechando el tiempo Pedro de Jesús se dedicó a aprender música, estudiando piano, órgano y violín. El 10 de febrero, Miércoles de Ceniza, se dedicó a confesar e imponer ceniza. Como a las tres de la tarde se presentó en la casa de Boquilla del Río un grupo de hombres armados y borrachos, que iban a aprehender al Padre Maldonado.

La gente de la casa, obviamente lo quiso proteger aunque el Padre Maldonado pedía hablar con ellos, pero prevaleció la voz de los dueños de la casa y lo hicieron salir por una puerta trasera hasta un cuarto que estaba al fondo de la huerta, sitio hasta donde fue seguido por aquellos que lo perseguían.

Estando el padre dentro, le dijeron que si no salía quemarían el cuarto. El clérigo pidió a sus captores que esperaran un momento mientras le llevaban su sombrero, donde iba el relicario con Hostias consagradas que habían quedado. Con todo ello en la mano, salió de aquel cuartillo y entre la chusma que lo iba a detener, saltó la cerca.

Le fue ordenado caminar por delante de los caballos, descalzo, y seguido por algunas personas se dirigieron hasta Santa Isabel. El Padre Maldonado comenzó a rezar el rosario y todos contestaban, menos los esbirros, que en ocasiones trataban de echarle los caballos encima. Así recorrió casi tres kilómetros, hasta llegar a Santa Isabel.

En esa fecha, 11 de febrero de 1937, festividad de la Virgen de Lourdes, en el XIX aniversario de su Cantamisa, entregaba su vida al Señor.

Poco antes de morir, el padre Espino separó de la mano derecha del padre, -que tenía aferrada sobre el pecho-, el relicario, vacío. Había consumido las Hostias consagradas dentro de la presidencia.

El cadáver fue llevado a la casa episcopal y ataviado con todas las vestiduras sacerdotales, en un sencillo ataúd fue colocado en la capilla ardiente que se improvisó en la sala, y comenzó el gran desfile de fieles de la ciudad y de los poblados cercanos que en imponente e interminable manifestación de tristeza y admiración acudieron al lugar.

Llegaron al cuarto donde se hallaba. Dice el padre Gutiérrez: "Lo encontré en un estado verdaderamente lastimoso e incognoscible a causa de las heridas y golpes que tenía. Estaba inconsciente casi agónico. Tenía el cráneo materialmente levantado, la cara golpeada, los dientes quebrados, las manos arañadas y una pierna rota. Esto era lo que a primera vista se veía. Yo permanecí en el hospital toda la noche hasta la madrugada. Serían las cuatro de la mañana, ya del día 11, cuando murió. Estaban ahí el padre Espino y algunos familiares". "TÚ ERES SACERDOTE"

El sangriento asesinato del Padre Maldonado provocó la molestia de la población, que pese a las amenazas, se movilizó en una manifestación pidiendo el respeto y la libertad de culto.

La fama de martirio permanece viva en la memoria de muchos fieles. Su muerte puede presentarse como modelo de fortaleza cristiana.

La Beatificación del Siervo de Dios Pedro de Jesús Maldonado se realizó el 22 de noviembre de 1992, por S.S. Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

La Canonización del Beato Pedro de Jesús Maldonado, junto con sus 24 compañeros Mártires de la persecución religiosa en México, se realizó el 21 de Mayo del Año Jubilar 2000, en la Plaza de San Pedro.

Actualmente las reliquias de San Pedro de Jesús Maldonado Lucero se veneran en la Catedral de Chihuahua.

Su ordenación sacerdotal tuvo lugar en 1918, en El Paso, Texas, pues el obispo de Chihuahua estaba enfermo en ese tiempo, por lo cual fue el señor obispo Antonio J. Schuler, S.J., quien el día 25 de enero de 1918 le impuso las manos.

Su primera misa la cantó en la ciudad de Chihuahua, en la parroquia de la Sagrada Familia, el 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes. Lo destinaron de inmediato a San Nicolás de Carretas, atendiendo también pueblos como Cusihuiriachi y Jiménez. El 1 de enero de 1924 se le nombró párroco de Santa Isabel donde estuvo hasta su muerte, en 1937.

Se dedicó con entusiasmo a la catequesis de niños. El Padre Maldonado era todo un artista, cantaba, representaba actos teatrales y escénicos y con ello atraía a todo mundo, pero también atendió con largueza su ministerio reorganizando las asociaciones que había y fundó nuevos grupos de apostolado, cofradías y comunidades piadosas.

Se incrementaron la Adoración Nocturna y la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento. Fomentó el amor y la devoción a la Santísima Virgen por medio de la asociación "Hijas de María" y demás asociaciones marianas. Era apóstol incansable con tal de ganarse a todos para Cristo.

En 1926 se desató la persecución religiosa, se suspendió el culto público, se cerraron templos, seminarios y escuelas, murieron varios sacerdotes y cristeros en la desigual lucha por la libertad religiosa que vino a concluir en 1929 con los "arreglos" del presidente Portes Gil.

No obstante, en Chihuahua fue menos dura gracias a que las autoridades se comportaron algo más inteligentes, lo que no quitó que el Padre Pedro de Jesús tuviera que abandonar el edificio parroquial y ejercer su ministerio desde fuera, escondiéndose de las autoridades civiles y militares.

De 1929 a 1934 pudo dedicarse con celo a cimentar la fe de sus feligreses, a fomentar la devoción al Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen María; el respeto al Santo Padre y a los legítimos pastores de la Iglesia, a la vez que trataba de liberarlos de errores y vicios.

Pero en 1931 estalla una nueva racha de persecución aún más terrible que la anterior precisamente en Chihuahua. El pretexto era hacer cumplir los preceptos hostiles para quedar bien con el Presidente Lázaro Cárdenas, quien trataba de intensificar la enseñanza socialista y comunista en las escuelas.

Por tanto, se desató una encarnizada persecución en contra de los sacerdotes. Se cerraron de nuevo los templos, se obligó a los maestros a firmar declaraciones y adhesiones impías y se prohibieron, desde luego, las manifestaciones de protesta.

El 14 de marzo de 1932 el Padre Maldonado fue detenido por orden del gobierno; un testigo declara:

"Me contaba el Padre Pedro que lo llevaron de noche por lugares fuera de la ciudad y lo bajaban del automóvil formándole cuadro de fusilamiento... Se lo llevaron a El Paso, Texas, USA... y le dijeron: "cuidadito y no regreses a México, ya sabes lo que te espera".

Permaneció algunos días en El Paso, pero "su corazón estaba en su parroquia y no pudiendo soportar más, pidió reiteradamente a su Prelado le permitiera regresar porque le consumía el pensar que sus feligreses se hallaban solos, y sus ovejas sin pastor". Por fin, temiendo por su vida, el Sr. Obispo le permitió regresar.

En 1934, el Padre Maldonado fue nuevamente detenido, amenazado y maltratado por la policía. Inclusive lo amenazaron de muerte, razón que tuvo para dirigirse a El Paso, Texas, asombrando al mismo tiempo a sus perseguidores por su entereza y valor.

En el destierro edificó a sus hermanos sacerdotes por la actitud de su proceder y pensar siempre congruentes, por su humildad y espíritu de oración.

Tan pronto como le fue posible, aun temiendo por su vida, regresó a la parroquia de Santa Isabel, luego de pasar enfermo unas semanas en la ciudad de Chihuahua, con unas fiebres que lo tuvieron postrado.

Todavía convaleciente fue al lado de su feligresía. Por todas partes impartía los sacramentos, celebraba la Santa Misa, daba instrucción religiosa, dirigía y orientaba a sus fieles.

Pero en Santa Isabel no pudo continuar su trabajo. De allí se dirigió al rancho de "El Pino", en donde permaneció un año, hasta que en 1936 decidió quedarse en un poblado cerca de Santa Isabel, llamado Boquilla del Río, donde una heroica familia cristiana convirtió su casa en oratorio, en la que casi públicamente celebraba los actos de culto. Inclusive, con no pocas dificultades, la Cuaresma de 1937 se celebró ahí con solemnidad.

El 10 de febrero, Miércoles de Ceniza, se dedicó a confesar e imponer ceniza. Como a las tres de la tarde se presentó en la casa de Boquilla del Río un grupo de hombres armados y borrachos, que iban a aprehender al Padre Maldonado.

La gente de la casa, obviamente lo quiso proteger aunque el Padre Maldonado pedía hablar con ellos, pero prevaleció la voz de los dueños de la casa y lo hicieron salir por una puerta trasera hasta un cuarto que estaba al fondo de la huerta, sitio hasta donde fue seguido por aquellos que lo perseguían.

Estando el padre dentro, le dijeron que sin no salía quemarían el cuarto. El clérigo pidió a sus captores que esperaran un momento mientras le llevaban su sombrero, donde iba el relicario con Hostias consagradas que habían quedado. Con todo ello en la mano, salió de aquel cuartillo y entre la chusma que lo iba a detener, saltó la cerca.

Le fue ordenado caminar por delante de los caballos, descalzo, y seguido por algunas personas se dirigieron hasta Santa Isabel. El Padre Maldonado comenzó a rezar el rosario y todos contestaban, menos los esbirros, que en ocasiones trataban de echarle los caballos encima. Así recorrió casi tres kilómetros, hasta llegar a Santa Isabel.

Llegaron a la presidencia. El Padre Maldonado entró, pero los que estaban esperando impidieron que pasara la gente que venía acompañándolo. Al entrar el presidente municipal lo tomó de los cabellos y le propinó un fuerte golpe. Al llegar al segundo piso de la presidencia municipal, Andrés Rivera, cacique de los políticos de la región, lo recibió con un tremendo pistoletazo en la frente, descalabrándolo y saltándole el ojo izquierdo.

Luego los esbirros siguieron golpeando al indefenso Padre Maldonado con las culatas de los rifles, arrastrándole por la escalera hasta la planta baja. El Padre Maldonado cayó y soltó el relicario que se abrió, regándose las Hostias consagradas por el piso.

El señor Jesús Salcido las recogió y se las dio al Padre Maldonado diciéndole: "Cómete eso". Esta última comunión, de manos de sus propios verdugos, fue como respuesta a lo que el Padre Maldonado había pedido a Dios en una Hora Santa celebrada tiempo atrás: que le concediera recibir la Sagrada Comunión en sus últimos momentos.

Los esbirros siguieron golpeándolo a puntapiés y con las culatas de los rifles. El Padre Maldonado quedó inconsciente, en estado de coma, bañado con su inocente sangre.

Unas mujeres consiguieron un carro que les llevara a Chihuahua para pedir garantías al gobernador, quien se limitó a enviar una comisión de la policía para que recogiera al herido. Cuando éstos llegaron a Santa Isabel el Padre Maldonado permanecía tirado en el piso, moribundo, lleno de golpes en la cabeza, cara, brazos, espalda y en todo el cuerpo. Los policías levantaron un acta haciendo constatar el estado en que lo recibían para que, si se les moría en el camino, no los culpara a ellos. Lo echaron en la camioneta y se lo llevaron a Chihuahua.

Llegando a la ciudad lo entregaron a la dirección del Hospital Civil. El señor obispo Antonio Guizar y Valencia, al saber lo ocurrido, envió al padre Espino (después nombrado obispo) y al padre Sixto Gutiérrez para que se enteraran del estado del Padre Maldonado y vieran qué se podía hacer.

Llegaron al cuarto donde se hallaba. Dice el padre Gutiérrez: "Lo encontré en un estado verdaderamente lastimoso e incognoscible a causa de las heridas y golpes que tenía. Estaba inconsciente casi agónico. Tenía el cráneo materialmente levantado, la cara golpeada, los dientes quebrados, las manos arañadas y una pierna rota. Esto era lo que a primera vista se veía. Yo permanecí en el hospital toda la noche hasta la madrugada. Serían las cuatro de la mañana, ya del día 11, cuando murió. Estaban ahí el padre Espino y algunos familiares".

En esa fecha, 11 de febrero de 1937, festividad de la Virgen de Lourdes, en el XIX aniversario de su Cantamisa, entregaba su vida al Señor.

Poco antes de morir, el padre Espino separó de la mano derecha del padre, -que tenía aferrada sobre el pecho-, el relicario, vacío. Había consumido las Hostias consagradas dentro de la presidencia.

El cadáver fue llevado a la casa episcopal y ataviado con todas las vestiduras sacerdotales, en un sencillo ataúd fue colocado en la capilla ardiente que se improvisó en la sala, y comenzó el gran desfile de fieles de la ciudad y de los poblados cercanos que en imponente e interminable manifestación de tristeza y admiración acudieron al lugar.

A las seis de la tarde se inició la procesión fúnebre: los sacerdotes y militares de personas de todas las clases sociales caminaban a pie, iban carros particulares y todos los carros de alquiler de la ciudad.

En el trayecto al Cementerio de Dolores, distante poco más de ocho kilómetros de la ciudad, se rezó el rosario y se entonaron cantos religiosos y vivas a Cristo Rey, a la Santísima Virgen de Guadalupe y al Papa.

El ataúd fue colocado en un lote de la familia Enríquez. Mas tarde se hizo el diseño de un sencillo monumento, y en él la inscripción:

"TÚ ERES SACERDOTE"

El sangriento asesinato del Padre Maldonado provocó la molestia de la población, que pese a las amenazas, se movilizó en una manifestación pidiendo el respeto y la libertad de culto.

La fama de martirio permanece viva en la memoria de muchos fieles. Su muerte puede presentarse como modelo de fortaleza cristiana.

La Beatificación del Siervo de Dios Pedro de Jesús Maldonado se realizó el 22 de noviembre de 1992, por S.S. Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

La Canonización del Beato Pedro de Jesús Maldonado, junto con sus 24 compañeros Mártires de la persecución religiosa en México, se realizó el 21 de Mayo del Año Jubilar 2000, en la Plaza de San Pedro.

Actualmente las reliquias de San Pedro de Jesús Maldonado Lucero se veneran en la Catedral de Chihuahua.


Bienaventurada Virgen María de Lourdes


Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes. Cuatro años después de la proclamación de su Inmaculada Concepción, la Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a la humilde joven santa María Bernarda Soubirous en los montes Pirineos, junto al río Gave, en la gruta de Massabielle, de la población de Lourdes, y desde entonces aquel lugar es frecuentado por muchos cristianos, que acuden devotamente a rezar.

Bienaventurada Virgen María de Lourdes
11 de febrero

Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes. Cuatro años después de la proclamación de su Inmaculada Concepción, la Santísima Virgen se apareció en repetidas ocasiones a la humilde joven santa María Bernarda Soubirous en los montes Pirineos, junto al río Gave, en la gruta de Massabielle, de la población de Lourdes, y desde entonces aquel lugar es frecuentado por muchos cristianos, que acuden devotamente a rezar.
 
Nombre:Lourdes (Femenino)
Celebran:Lourdes y Lurdes
Celebración:11 de febrero
 Fuente: wikimedia.org
Vida de Bienaventurada Virgen María de Lourdes
 
Sucedió en las cercanías de los Pirineos franceses. Fue un hecho impensado y nada previsto que acabó revolucionando las conciencias y pasó con elegancia por encima de las mentes un tanto cegatas para lo sobrenatural por la corriente racionalista y anticlerical de aquellos franceses. El mismo día en que se celebraba en la liturgia de la iglesia la fiesta de la Anunciación se reveló con la sencillez de las cosas grandes que aquella aparición repetida tantas veces era nada menos que la misma Virgen María. Sí, la visita era grandiosa por la dignidad y asombrosa por lo inusitado. La muchacha que se afirmaba como vidente ni siquiera sabía pronunciar bien el término "concepción" las primeras veces y el dogma como tal hacía muy poco tiempo que se había proclamado en Roma por el Papa. Pero Bernardita o Bernardette, que así se llamaba, refirió que la aparición había dicho: "Yo soy la Inmaculada Concepción". La primera aparición fue el 11 de febrero de 1858. Luego se fueron repitiendo hasta dieciocho veces y no sin dificultades, burlas, expresiones altivas y otras cosas. Pues buenos eran aquellos listillos escépticos, algunos bastante engreídos por los conocimientos de las ciencias humanas. Hubo de superar aquella pobre analfabeta y con poca salud, hija de una familia pobre arruinada y miserable en aquellos días todas las trabas imaginables, incluidas las que puso la misma autoridad eclesiástica. Pero lo que es documentación, hay toda y seria; examinada desde todos los ángulos que puede contemplarse y someterse a crítica un documento que pertenece a la Historia; declaraciones, procesos, dictámenes técnicos, pruebas, cartas y réplicas. Las pruebas de los hechos están exhaustivamente estudiadas: unas yerbas comidas, la tierra arañada, fuente que brota y gente curada; aluviones imparables de gente con ganas de rezar y que tiene ansias de curación; junto a algún iluminado y escéptico excéntrico, multitudes agradecidas y enfervorizadas. Pidió la Señora que se le edificara una iglesia por lo pequeño, capilla y se hiciera procesión. Los actos multitudinarios fueron varias veces prohibidos y el recinto de la cueva cerrado; hasta que llegó la esposa del almirante Bruat, institutriz de los hijos del emperador, coincidente en el día con la que hizo el mismo polemista Luis Veuillot, y se pudo informar de modo adecuado a Napoleón III que mandó levantar la prohibición. El obispo de Tarbes inició el proceso que duró dos años, hasta que el 18 de enero de 1862, en carta pastoral firmada por él afirmaba: "Juzgamos que la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, se apareció realmente a Bernardetta Soubirous el 11 de febrero de 1858 y días siguientes, en número de 18 veces, en la gruta de Massabielle, cerca de la ciudad de Lourdes; que tal aparición contiene todas las características de la verdad y que los fieles pueden creerla por cierto... Para conformarnos con la voluntad de la Santísima Virgen, repetidas veces manifestada en su aparición, nos proponemos levantar un santuario en los terrenos de la gruta". Aún así hubo restricciones por parte de las autoridades locales, pero trabajaron los arquitectos, las brigadas de obreros se pusieron en marcha y el 18 de mayo de 1866 pudo consagrarse la cripta, cimiento de la futura capilla. Comenzaron las peregrinaciones masivas y organizadas en el 1873. En el 1876 se pudo consagrar la basílica. La iglesia del Rosario, consagrada en 1901, se levanta para suplir las deficiencias de espacio de la primitiva basílica, que pronto fueron palpables por la afluencia de peregrinos. En 1958, consagra el cardenal Roncalli que más tarde será el papa Juan XXIII la basílica subterránea dedicada a san Pío X; bien merecido porque este papa fue quien extendió la devoción a toda la Iglesia. Lourdes es un sitio privilegiado para la devoción cristiana. Oración, silencio para el recogimiento. Abundantes actos de culto que facilitan la piedad. Muchos rosarios en las manos de los fieles por los espacios descubiertos e iglesias. Gente enfervorizada de rodillas. Culto público y multitudinario en tantas ocasiones para atender las necesidades espirituales de los peregrinos que acuden en masa. Vía Crucis o Chemin de la Croix que se recorre entre empinadas pendientes con las estaciones de la Pasión para facilitar seguir los principales momentos de Jesús sufriente por la humanidad. Y dos actos cumbres diarios. La procesión con el Santísimo a primera hora de la tarde, con filas de peregrinos y multitud de enfermos adorantes que reciben su bendición entre súplicas, lágrimas y actos de fe ¡de esperanza! Porque de vez en cuando pasa que lo que se pide se alcanza. Es el milagro que hace falta probar, examinar, discutir, mirar y remirar hasta que se pueda publicar. La procesión de antorchas por la noche. Cantos, honra, alabanzas en todos los idiomas pronunciadas, unión de corazones en las avemarías del Rosario; luminarias de fe. ¿Lo más grande? El enfermo, atendido, asistido, y hasta mimado; los más tristes y desesperados casos se pueden ver en cualquier rincón de Lourdes; perfectamente cuidados, llevados y traídos por un generoso voluntariado internacional y multirracial que con delicadeza ve a otro Cristo en el cuerpo a veces tan descompuesto de la camilla que empuja o arrastra ¡Y lo más admirable! La humanidad doliente atendida, esa que suplica salud para el cuerpo, está pletórica de esperanza, de consuelo; se percibe a simple vista alegría en la aceptación de la enfermedad, del sufrimiento. Limitación sosegada y alegre con dulce resignación. ¿Más? Sí. No sería completo el panorama descrito si no hubiera oportunidades para curar el alma. Igual que hay una piscina para los cuerpos, por si a la Virgen Santísima le pareciera bien devolver la salud, hay confesionarios para enjugar las almas, con la certeza firme de obtener siempre el perdón solicitado en al sacramento de la reconciliación; y abundan los huecos para los confesores, con facilidad para idiomas... miles de perdones y gracias.

¡Una inyección de fe para el mundo desde Lourdes de Francia!

(Fuente: archimadrid.es)


San Ardano
San Castrense
San Gregorio II papa
San Pascual I, papa
San Secundino
San Severino, abad de Agaun
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Beato Tobías Borras Romeu


NO PODEMOS NI DEBEMOS PERMITIR UN SOLO ATROPELLO MAS A LA LIBERTAD RELIGIOSA, HE VIVIDO COMO SE IMPEDIA EN DEMOCRACIA ACUDIR A UNA MISA EN EL VALLE DE LOS CAIDOS, HE VIVIDO COMO SE PROHIBIA IR A UNA MISA POR QUE SI,SIN MOTIVO, Y TODO EN DEMOCRACIA,POR QUE LAS IZQUIERDAS ENTIENDEN POR DEMOCRACIA LO QUE LES PLACE Y COMPLACE, DENUNCIA TODA INJUSTICIA QUE VEAS Y VIVAS, NO ESTAIS SOLOS, NO HACE FALTA QUE SE PASE UNO EL TRAGO DE VER COMO SE LE IMPIDE EJERCER SUS LIBERTADES RELIGIOSAS, SI NSP NO LLEGA CON SU DENUNCIA PUBLICA A PONER SOLUCION, LLEGARAN OTROS A LOS QUE NSP TIENE ACCESO, Y QUE SON MILLONES DE VECES MAS PODEROSOS.

GRC_NSP_FE_Y_RELIGION



Eclesiastés 3:1-15 RVR1960
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. 

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