ADA COLAU Y SUS COSAS

La ciudad de Barcelona, en otros tiempos la gran ciudad condal, la Barcelona de todos y todo, se ha convertido en el vertedero, lleno de okupas, la heroína ha vuelto, los traficantes campan a sus anchas, la rambla vuelve a su peor versión y el paralelo vuelve a ser pasarela de putas pasadas las 20:00 horas.

 La seguridad en Barcelona esta peor que en los años 80, esos años que algunos recuerdan con tanta nostalgia, olvidando que hay ciertas partes de la ciudad que estaban, como vuelve a ser noticia a 2020, llenos de heroinómanos, no es casualidad que ciertas farmacias que son históricas hayan recordado que vuelven los peores años de la ciudad condal, tiendas que vivieron esa década entre atraco y atraco, viven ahora el deja vu como una copia mala de la misma película pero con más violencia.

Los monumentos no se mantienen en condiciones, hay actos vandálicos en iglesias y en ciertos barrios de Barcelona es mejor ya ni entrar, los ilegales campan a sus anchas en grupos y hay denuncias por robos con violencia realizados por menas. 

Un encanto de ciudad, unido a los terroristas, los separatistas, la CUP con sus ARRAN que se dedican a destrozarlo todo, los intolerantes de la lengua, que denuncian comercios que no les atienden en catalán, la ciudad ya no volverá a ser lo que llego a ser en los 90, y a la ciudadanía le gusta por lo que se ve, para eso votan…

Mientras tanto, miles de personas abandonaron la ciudad, empujados, como en Euskadi, por los separatistas, y por sus palmeros, gente violenta que ataca todo lo que no entra en su mundo perfecto de separatistas, gente que no cree en la democracia y que solo ganara por la vía de sacar a la gente de sus casas amenazándola y agrediéndola.

Lo dicho, los terroristas se quedan Barcelona como la ETA saco de Euskadi a toso el que no comulgaba con sus ideas.